En la maravillosa aventura de la adopción, es importante prepararse y dejarse guiar para conocer las bases de la psicología infantil, teniendo en cuenta el pasado y presente del menor y así poder acompañarlo en la reparación del vínculo y el desarrollo de su resiliencia. Si quieres participar desde esta mirada empoderante y reparadora, este es tu espacio.
Ser padre o madre es una aventura maravillosa, pero a la vez, un desafío constante. Cuando además, el menor procede de la adopción o la acogida, puede llevar un añadido de vivencias traumáticas que deja consecuencias que hay que conocer y afrontar.
A menudo sorprende cómo lo ocurrido hace tantos años puede tener algo que ver con lo que vivimos ahora. Pero, las carencias vividas en su primera infancia (desnutrición, negligencia, carencia afectiva, maltrato…), especialmente en su primer año de vida, activan los sistemas del miedo, y por tanto, dejan huella en el desarrollo neurológico afectando su manera de gestionar emociones y de relacionarse en el ahora.
Lo observamos en respuestas explosivas ante cualquier frustración, incluso sin un motivo aparente, una necesidad excesiva de atención o validación, comportamientos infantilizados, dificultades en el aprendizaje, o momentos en los que parece que olvide lo aprendido anteriormente.
Todos ellos son problemas asociados a niños adoptados o de acogida que pueden presentarse. Son algunas de las respuestas naturales consecuentes de dichas carencias y respuestas defensivas. Es importante una comprensión global de todas ellas para poder reparar las bases de la problemática y obtener una buena evolución y desarrollo sano.
Para poder entender el mundo interno de estos niños y niñas y así, ofrecerles la ayuda que ellos precisan, es necesario entender su historia, su desarrollo, sus primeras relaciones afectivas de apego, ya que esto es lo que modulará su desarrollo actual y sus relaciones futuras.
Este modelo se basa en la integración neurosecuencial como base del proceso terapéutico, estructurando el trabajo según el orden y los niveles del desarrollo infantil. Las claves de la traumaterapia y la terapia de apego son:
El trabajo psicoterapéutico se basa en el apoyo y la promoción de los recursos y las fortalezas (internas y externas) del niño/niña/adolescente para que sea más capaz de sobreponerse a la dificultad.
La sala de valientes (nombrada por Jorge Barudy y Maryorie Dantagna), es un espacio de vinculación y seguridad donde explorar y dar sentido a los mundos internos y externos vividos.
Durante el proceso terapéutico se utiliza el juego, el trabajo manual, corporal y la creatividad para favorecer la conexión interhemisférica y potenciar la integración de todo lo que vamos trabajando.
Para ello, se inicia un primer bloque donde se abordan aspectos relacionados con la regulación emocional, para dar paso después al empoderamiento y autoestima. Solo tras tener estas dos bases estables podremos adentrarnos en la elaboración y resignificación de los contenidos traumáticos.
Una técnica muy utilizada es la caja de arena. Esta herramienta proyectiva permite al niño o niña representar sus mundos internos, sin necesidad de poner palabras, y, a la vez, ser observador externo de su mundo interno.
Esto permite trabajar infinitas situaciones y aspectos durante todo el proceso terapéutico, especialmente cuando no hay lenguaje o cuando es difícil poner palabras a lo sucedido.
Por último, también empleo el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), la técnica más utilizada para desensibilizar y reprocesar recuerdos traumáticos de una manera menos invasiva.
La adopción es una decisión importante, llena de consciencia, ilusión y expectativas. Pero a la vez, es un camino de aprendizajes y retos que conllevan muchas dudas y emociones que no siempre pueden ser compartidas, debido a la carencia de espacios para hacerlo.
Tras la demanda de dichos espacios por parte de muchas familias, en 2017 creamos (junto diversas asociaciones de adopción) los talleres grupales: otra mirada para comprender la adopción.
Un espacio donde hablar de las bases teóricas que permitan entender el comportamiento de los niños y las niñas. Donde compartir experiencias, recibir herramientas que permitan gestionar las situaciones del día a día, y sobre todo, aquellas que más difíciles resultan.
¡Lee más sobre ellos! Pide información en los centros de psicología en A Coruña o Barcelona, pero los talleres se harán online.